El día que conocí a San Judas Tadeo

Fui a buscarlo al centro de Lima más que con fe, con desesperación.

No podía seguir llorando y poniendo monedas en mis párpados esperando que se me bajara la hinchazón, eso nunca funcionaba. Y así me iba a trabajar, con los ojos hinchados y el alma magullada.

Si él me llamaba volvía a ser feliz, pero eso nunca duraba mucho.

Almorzábamos juntos o me pasaba a buscar por la chamba y me sentía tranquila unos días, pero luego volvía  a ser lo mismo. Nos volvíamos a pelear y yo volvía a sentirme fatal.

Era un círculo vicioso que parecía no tener fin.

Teníamos que acabar con eso y no sabíamos cómo.

Pensé, equivocadamente, que el motivo de todas mis angustias desaparecería si nuestra relación se arreglaba.

Pensaba que curando la relación, curaría el dolor.

Ahora sé que ningún dolor ni pena tiene nombre y apellido.

Tenía que arreglarme yo, curarme yo.

Me cansé de vivir sin tener ganas o buscando el motivo equivocado.

No funcionaban las pastillas. Tampoco la catarsis con alguna terapia.

Quería que el dolor desapareciera. Que me dejara de doler de cualquier forma.

Mientras hacia la cola tenía mucho frío. Llegó mi turno y se me pegó el calor humano. Recuerdo con exactitud lo que le pedí a San Judas cuando lo tuve al frente y lo miré a los ojos: si no es para mi, que no sea, pero ayúdame a entender que así es.  Nada más.

Y así sucedió : Entendí que la relación ya no funcionaba y que yo podía estar bien sola.

Poco a poco me fui enamorando de mi vida. Empecé a recuperar mi peso y mi entusiasmo por las demás cosas que no fueran él o nuestra relación.

Aprendí a vivir sin depender de una llamada. Disfruté de mis almuerzos sola y encontré en mi trabajo y en mi vida propia la mejor terapia.

Esa es mi historia de fe. Eso resume mi devoción a San Judas Tadeo. Cada 28 le agradezco por haber recuperado una vida dónde la protagonista soy yo.

Amar mi vida y vivir con ganas renovadas es un ejercicio que sigo practicando a diario.

2 comentarios en “El día que conocí a San Judas Tadeo

Deja un comentario