Ser mamá

Mi Isabella me dijo hace unos años : Mami, tú haces un montón de cosas, pero lo que haces mejor de todo es ser mamá.

Me lo dijo seria y concisa como sabe ser ella, y yo leí en sus palabras intención de que concentrara mis esfuerzos en eso que ella con sabiduría y precisión me señalaba como lo más importante.

No siempre con éxito, pero intento hacerlo : Ser mamá por sobre toda las cosas.

Mamá imperfecta, mamá con ganas de hacer otras muchas cosas, mamá con ganas de tomarme una licencia, mamá floja, mamá controladora, mamá cómplice, mamá bruja, mamá cariñosa. Mamá prudente. Mamá metiche. Mamá entregada.

Mamá como voy aprendiendo a ser en el camino.

Con mis dudas y certezas, con mis ganas y desgano.

Hace 21 años que soy mamá y en muchos momentos recurro a la paciencia de mis hijos y a la sabiduría de mis ancestros para seguir haciéndolo más o menos bien.

Me equivoco, acierto, corrijo, sigo y mis hijos son el examen que paso con nota alta todos los días.

A ellos les dedico este post, también a mi madre que es ejemplo de perseverante cariño y constante apoyo. De ella aprendo a diario sobre lealtad e incondicionalidad.

Este post también va para todas esas madres a las que admiro por sacarse la mugre por sus hijos, por ponerlos primero y postergarse un poco. De ellas aprendo mucho.

Para todas las madres solteras.

Para esas mujeres que, aunque biológicamente no son madres, Dios las regaló con un instinto maternal maravilloso y saben serlo en todo momento.

Para las cancheras y relajadas. Esas que son muy mamá sin dejar de ser cool.

Para las obsesivas, comprometidas y re contra minuciosas.

Para esas madres que uno ve a sus hijos y quisiera clonarlos.

Mi aplauso para todas las que saben cumplir su rol de ser ese ángel que Dios mando a la tierra y acompañamos a nuestros hijos a veces con paso firme y otras dando tumbos, pero siendo madres por sobre todas las cosas.